Mis 10 mejores mangas del 2020

Miguel Frieiro
12 min readJan 1, 2021

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Pues ya estamos aquí una vez más. Por cuarto año consecutivo publico mi lista, lo más subjetiva posible, de lo que ha sido lo mejor del año en cuanto a manga se refiere en nuestro mercado. (Podéis acceder a las de años anteriores aquí 2017, 2018, 2019). Estas recomendaciones son eso, recomendaciones, no pretenden sentar cátedra de ningún tipo, su único objetivo es descubrir o dar a conocer obras que hayáis podido pasar por alto o que quizá no habíais considerado hasta ahora. Darle mayor importancia es, a todas luces, un error. Sirva esto como dogma para este y otros años.

Ha sido un año complicado, tampoco quiero entrar en eso más de lo necesario, pero antes de nada espero que estéis todxs bien. Cuidaos mucho. El manga no ha sido ajeno a las situaciones acaecidas a lo largo de este 2020, ha habido muchas menos novedades que otros años y las publicaciones, licencias y demás se han reducido considerablemente. El claro ejemplo es el mes de abril en el que no salió a la venta ni un solo tomo por parte de ninguna editorial. Algo que no había pasado, que yo recuerde, nunca desde que comencé a interesarme por este mundillo.

Aún con todo y pese a las numerosas dificultades, creo que se ha quedado una lista curiosa y bastante apañada. Como siempre, solo se tienen en cuenta obras estrenadas durante este año en nuestro mercado y no entran a consideración reediciones, licencias que cambian de editorial y demás casos particulares. No esperéis encontrar Akira aquí, si por mí fuera estaría de número 1 sin dudarlo. Tampoco he querido incluir varias obras de un mismo autor por eso de ofrecer variedad y no repetirme, creo que está bien delimitar un poco las cosas para que el texto sea útil para el/la que lo lee.

Recuerdo de nuevo cómo funciona la vaina. En el texto se recogen los que para mí han sido los 10 mejores mangas de este año, pero esto no es un “top”, es decir, no se ordenan de ninguna forma particular. Solo mis tres obras favoritas guardan un lugar destacado en forma de podio para, de alguna forma, remarcarlas sobre las demás.

Al lío…

El pueblo de arena y escamas azules

Una muy grata sorpresa el manga de Yoko Komori. Una autora que demuestra a través de sus viñetas tener un potencial descomunal, espero volver a disfrutar de nuevo por estos lares de su pluma.

A través de un realismo mágico que bebe de otras grandes autoras, referentes dentro del género como Yuki Urushibara, Komori explora una historia de superación y aceptación a través de la joven Tokoki para la que su mundo está cambiando a grandes velocidades sin que ella sea capaz de seguir el ritmo.

Si bien su planteamiento ofrece una serie de giros previsibles que desembocan en una resolución final endeble, creo que el gran acierto de la obra reside en los pequeños momentos, en los gestos minúsculos que cuentan mucho. Cuando, precisamente, la autora emplea esos detalles para explorar el dolor de sus personajes es cuando la obra brilla con más fuerza. Es esa delicadeza a veces tan difícil de encontrar en este medio aquello por lo que El pueblo de arena y escamas azules se ha ganado el derecho de estar presente en esta humilde lista.

La playa de arena y escamas azules (2013), Yôko Komori. Milky Way Ediciones

Chainsaw man

Estoy lo suficientemente agotado del “shonen” y sus costumbres como para esperarme pocas o ninguna sorpresa por parte de las obras que pertenecen a esa demografía, precisamente por eso valoro muy positivamente los intentos de Chainsaw man.

La obra de Tatsuki Fujimoto, si bien pretende más cosas de las que realmente consigue, nos recuerda lo ridículo que es que dos tíos se pasen 200 páginas y tropecientas viñetas metiéndose de hostias y liberando testosterona por un tubo. Chainsaw man es ridícula en su planteamiento, sus personajes, reflexiones y temas porque así debe serlo. Todo pasa por el absurdo de ver a un tío con una motosierra en la “mocha” montado a lomos de un tiburón pegándose con un monstruo horrendo, porque simple y llanamente quiere follar con una chavala. No hay más y tampoco pretende que lo haya. Es eso lo que más me gusta del manga de la Shonen Jump, lo poco en serio que se toma a sí mismo, a la revista y a la demografía a la que pertenece. Porque, pese a que su ritmo sea regulero y en algunas cuestiones se quede a medio camino entre el absurdo más bizarro y los tropos manidos del shonen clásico, encuentro la suficiente honestidad en esta obra como para seguir pasando las páginas al mismo tiempo que esbozo una leve sonrisa.

Chainsaw man (2018), Tatsuki Fujimoto. Norma Editorial

Metamorfosis BL

Y si hablamos de honestidad no puedo dejar pasar la brillante Metamorfosis BL.

Escrito e ilustrado por Kaori Tsurutani, esta ha sido sin duda la sorpresa más agradable que he tenido este año en lo que a manga se refiere. Con una calidez desmesurada y poquito más, la autora consigue construir una historia atractiva, agradable y “calentita”. Todo en el manga es “comfy” para con el lector. Porque un manga que gira entorno a una anciana que comienza a interesarse por el BL (Boys Love) y se hace amiga de una chica de instituto con la que comparte gustos, no podía ser de otra forma. Y honestamente, yo no le pido mucho más a un manga; que lo que haga e intente, lo haga bien.

La obra pasa por encima de algunos temas como la soledad de la tercera edad japonesa o el estigma hacia el género del que las dos protagonistas son absolutas fans, pero los sortea con gracia sin llegar a darles una relevancia excesiva, porque el cómic no gira entorno a eso. Va sobre una señora mayor que empieza a leer manga BL y hace una amiga. Nada más.

Más allá de su premisa y planteamiento, esta es una obra sobre personajes, no especiales, tampoco especialmente bien construidos, pero con una serie de detalles humanos repletos de verdad que apoyan la sencillez y dulzura de esta humilde obra.

Metamorfosis BL (2017), Kaori Tsurutani. Norma Editorial

Menstru, tu amiga fiel

Suele costarme un poco el humor japonés, no soy yo especialmente fan de la comedia nipona, pero he reconocer que este pequeño manga ha conseguido encandilarme

Quizás sean sus temas o lo sencillo de su propuesta, pero Menstru tu amiga fiel funciona realmente bien. La obra de Ken Koyama se constituye a través de una serie de historietas en las que, de una forma divertida y a veces hasta un poco mamarracha, se explora la relación de diferentes mujeres con su menstruación. Y lo cierto es que me gusta mucho cuando los mangas se permiten ser mamarrachos, como es el caso de Menstru y de Chainsaw man.

Mediante unas viñetas que recuerdan al yonkoma japonés y con un estilo artístico desenfadado, se narran las curiosas aventuras de Menstru, una especie de monstruo super bonito a la par que divertido. Por ridícula que parezca la propuesta, lo cierto es que el manga no lo es para nada. Pese a que, como mencionaba con anterioridad, este se permite ser en muchas ocasiones mamarracho y un poco excéntrico, acaba por explorar cuestiones realmente interesantes que en un principio parecían totalmente inesperadas en una obra de este tipo. Koyama aborda desde el más profundo respeto el estigma de la sociedad japonesa hacia la mujer y su período, posicionándose del lado femenino en busca de aportar comprensión, empatía y sororidad al tema.

Ojalá más mangas como Menstru, tu amiga fiel.

Menstru, tu amiga fiel (2017), Ken Koyama. Tomodomo

Spy x Family

Otra comedia, aunque esta quizá más de andar por casa y menos interesante en términos de propuesta y planteamiento. Spy x Family resulta ser tremendamente shonen y es en esta característica sobre la que basa y sustenta gran parte de su encanto, pero también es un arma de doble filo.

La obra de Tatsuya Endou se siente muy estática en un tipo de humor que le funciona y triunfa, una comedia cercana a la de las obras superventas de las grandes revistas. Sin embargo, por planteamiento y premisa, no le vendría mal, creo, ser un poco más atrevida y rebelde. Le pasa un poco lo mismo a otra de las esperadas comedias que han llegado a nuestro mercado en este año y que no está en esta lista. Despegarse de la fórmula haría que la propuesta brillase con mucha más energía.

Pese a todo, Spy x Family es una comedia familiar, divertida y que impulsa al lector a seguir devorando sus páginas sin detenerse un segundo y ahí está su mérito. Alrededor de un cast simpático y con buenas sinergias alcanzar a construir una comedia de situación que se sostiene porque posee unos muy rígidos pilares.

Spy x Family (2019), Tatsuya Endo. Norma Editorial

Historias cortas de Nagabe

Mi dilema con Nagabe, autor de La pequeña forastera, es uno que me persigue cada vez que enfrento alguna de sus obras.

El nipón es un autor muy capaz, con una sensibilidad y una atención al detalle y al gesto casi obsesiva. Demuestra continuamente tener una sensibilidad especial a la hora de representar en sus viñetas las relaciones humanas (y no humanas), los problemas llegan cuando todo ese buen hacer queda eclipsado por una serie de preferencias y “kinks” del autor que no hacen ningún bien a aquello que pretende contar. Son situaciones totalmente impostadas en pos de satisfacer los extraños gustos de un autor al que se le nota demasiado la mano. El resultado es la constante debilitación de sus mensajes y temas.

Por suerte en este pequeño tomo conformado por breves historias, esto es más residual, hay un par de momentos que provocan que arquee la ceja, pero puedo pasarlo por alto ya que lo que ofrece a cambio es de una calidad y finura que valoro muy positivamente. He dudado hasta el final de si incluir o no esta obra, al final aquí está. Espero que si le dais una oportunidad podáis disfrutarla, porque cuando Nagabe quiere y se contiene es uno de los autores más sensibles de la escena actual.

Historias cortas de Nagabe (2019), Nagabe. ECC Ediciones

Boy meets Maria

Cuando me acerqué a Boy meets Maria, me esperaba otra cosa. Por las críticas e impresiones que había podido leer mis esperanza para con esta obra eran demasiado elevadas. Esperaba un manga, quizá, más brillante. Lo cierto es que a pesar de sus intentos creo que se queda corta a la hora de dar voz y representar las dificultades de las personas con problemas de identidad de género. Recurriendo, una vez más a tropos clásicos de la ficción homosexual e impostando en muchas ocasiones los sentimientos de sus personajes.

Si está en esta lista es porque, a pesar de sus errores y de alcanzar unas conclusiones tibias y hasta porqué no decirlo un poco tramposas, sí consigue representar con cariño y amor a una comunidad que necesita referentes en un medio que, por desgracia, cuenta con pocas aproximaciones de este tipo. Al final y pese a que no llegue a cumplir mis expectativas, el manga de la tristemente fallecida Peyo es un acercamiento cargado de amor, comprensión y cariño. Y tenemos pocas cosas así cada año.

Boy meets Maria (2017), Peyo. Milky Way Ediciones

3. Rastros de sangre

Sencillamente brillante y adictiva. Un trabajo excepcional de un Shûzo Oshimi al que le atraen como a pocos la exploración de la psique humana y aquí vuelve a conseguirlo de una forma que quizá no habíamos podido disfrutar antes en su carrera.

Rastros de sangre, cuenta la historia de Seiichi Osabe, un adolescente de 14 años y de Seiko Osabe, su peculiar madre. Como suele ser habitual, el autor nipón despedaza y explora a sus personajes capa a capa, con mucho tino y acierto, un trabajo prácticamente artesanal mediante el cual acaba por descubrir y exponer al lector su núcleo más horrendo y profundo. La obra acaba derivando irremediablemente hacia el terror psicológico, uno humano al que puedes mirar a los ojos, al mismo tiempo que él te devuelve la mirada. Y lo reconozco, creo que este tipo de aproximación al terror, la cercana, la cárnica, es la que más disfruto.

Oshimi es metódico y, pese a que algunos de sus giros se notan forzados y precipitados, un espectacular trabajo técnico al que pocos o ningún pero se le puede poner acaba por disimular cualquier aspereza argumental. Y es que el japonés construye una atmósfera asfixiante con muy poco. El diálogo es casi inexistente y fruto de este recurso, el cómic resulta muy sencillo de leer. Va como un auténtico tiro, debido a lo eminentemente visual que resulta. El uso del claroscuro y el entintado, unido a un inteligente empleo de la división de viñetas y el paneling consigue construir una atmósfera que no deja de asfixiar al lector a cada página, al mismo tiempo que se muere por saber que pasará a continuación. Es el pescado que se muerde la cola. Un trabajo sobresaliente en todos los sentido y al que no puedo más que rogaros que le deis una oportunidad.

Que bueno tenerte de vuelta, Oshimi.

Rastros de sangre (2017), Shûzo Oshimi. Milky Way Ediciones

2. What a wonderful world

La primera gran obra de Inio Asano, con todo lo que ello implica.

Si bien What a wonderful world no es brillante, define a la perfección el tipo de mangaka en el que se convertirá uno de los autores más importantes de la actualidad del cómic japonés.

La ópera prima del autor nipón es una recopilación de historias cortas sobre diferentes personajes que habitan una misma ciudad. Mediante conexiones inteligentes y sutiles, algunas más logradas que otras, Asano reflexiona sobre la felicidad, su significado, valor y necesidad para alcanzar una vida plena. El nipón aborda con la sensibilidad que le caracteriza el gran problema filosófico y ético de la búsqueda de la felicidad. El planteamiento resulta muy acertado, pues al tratarse de una obra coral, el autor puede aproximarse al concepto desde puntos de vista muy diferentes, juntando en el seno del manga multitud de perspectivas, algunas de las cuales pueden complementarse o colisionar en función de los personajes que las representan. Sin embargo, vemos aquí a un Asano todavía dubitativo, uno que reniega de ahondar en su interior y que procura mantenerse alejado de sí mismo, como si la obra que tiene entre las manos y nace de su tinta solo le tocase superficialmente. De ahí que no acabe por llegar a ninguna conclusión reveladora ni se atreva a definir qué implica para él esa felicidad, el tema y eje sobre el que se sustenta toda la ficción. Una decisión que choca frontalmente con el resto de su carrera.

Asano creecerá con los años y asumirá esa responsabilidad en sus obras posteriores, convirtiéndose en un autor más personal y con acercamientos más complejos a los temas que ya planteaba en esta su primera obra. Obra a la que volverá para, precisamente, hablar con su yo del pasado y asegurarle que ya ha encontrado respuesta a esas preguntas que planteaba su ópera prima.

What a wonderful world peca de un Asano falto de experiencia que aún debe madurar sus temas y preocupaciones, pero ya aquí, en una obra que publica a los 20 años, se aprecian unas sensibilidades y capacidades asombrosas.

Es el inicio de algo muy grande.

What a wonderful world (2002), Inio Asano. Norma Editorial

1. Los gatos del Louvre

Taiyô Matsumoto es una suerte de autor para el mundo del manga. Sus obras, siempre cargadas de un profundo valor artístico y narrativo, no dejan indiferente a nadie. Es uno de esos autores, como los otros dos con los que comparte podio, que marcan escuela, cuyas obras serán más recordadas con el paso del tiempo. Frente a la impostura y la falsa pretensión de un medio que muchas veces peca de ser excesivamente pseudointelectual las obras honestas, con verdad y realmente desafiantes pasan desapercibidas. Como si el lector medio despreciase o infravalorase este tipo de acercamientos. Desde aquí solo puedo deciros que le deis una oportunidad a Matsumoto y a sus trabajos.

Los gatos del Louvre no es quizá la obra más brillante del nipón, pero sí recoge todo lo que ha sembrado durante estos años como autor de manga. Matsumoto danza con una sorprendente habilidad sobre temas tan grandilocuentes como la atemporalidad del arte o la futilidad de la vida, incluso sobre la inmortalidad que confiere el crear algo. Empero lo hace con una gracia y una delicadeza soberbia, sin entrar en grandes reflexiones que convertirían a la obra en una sesuda y hasta pesada. Al contrario, el artista japonés se centra en los personajes, unos simples gatos y los empleados de un museo, para que estos temas resulten ligeros. Evitando en todo momento la sobreexplicación, comunicando a través de gestos y miradas y dejandoselo todo al lector para que piense, medite y reflexione por su propia cuenta. Porque Taiyô Matsumoto sabe que el lector no es idiota, al contrario, le ha tenido en alta estima durante toda su carrera. Por eso, como si de un cuadro se tratase, cuenta con la capacidad de aquella gente que lo lee para poder extraer toda su verdad.

Los gatos del Louvre (2016), Taiyô Matsumoto. ECC Ediciones

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